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Extraño aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban con un simple “ta te ti”. Cuando los errores se arreglaban con un “no se vale, vamos de nuevo…”. Cuando tener plata solo significaba poder comprarte una bolsita de caramelos. Cuando salvar a todos tus amigos bastaba con un “pica para mí y para todos mis amigos”. Cuando descubrías tus habilidades por un “A que no te animas a…”. Cuando lo único que nos hacía correr a más no poder era un “El que llega ultimo es un tonto”. Cuando nuestra mayor desilusión era ser elegido ultimo en los equipos. Cuando tan solo un chocolate nos podía sacar una sonrisa. Cuando ganarse un helado era la mayor recompensa de los padres. Cuando nos tirábamos en algún cumpleaños emocionados por agarrar los dulces. Cuando sacarle las dos rueditas a la bici era un gran paso en nuestras vidas. Cuando nuestro gran negocio era cambiar figuritas repetidas por otras que buscabas hace tiempo. Cuando tener un amigo bastaba con un “¿queres ser mi amigo?”. Es que cuando éramos chicos todo era fácil, lo problemas eran de los adultos y lo único que nos preocupaba era tener ese juguete que tanto deseábamos. Desearía retroceder el tiempo, volver a esos momentos en los que todo estaba bien…