Los deseos de nuestra vida
forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.
El acto más valiente que puede hacer un ser humano es aceptar. Reconocer
las cosas que fueron y las que no pueden ser, poder ser feliz reconociendo que
a pesar del dolor que uno siente, se podría estar peor. Pero no hay nada más
imponente que ver pasar por tus ojos la cosa que podría haber sido tuya, pero
sin embargo no lo fue.
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